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  Leyendas y Tradiciones
 

Leyendas y Tradiciones

Tapaligui


El rico pueblo de Nicoya  se preparaba a celebrar en la tarde de aquel día una de sus grandes fiestas tradicionales. La gran plaza que hacía rente al templo del sol lucía su gran majestuosidad.

Dos horas antes de la puesta del sol llegó el cacique Nambí, seguido de gran número de nobles, cortesanos y guerreros. Adelantóse solemnemente el cortejo hacia el templo rente al cual estaban dispuestos numerosos banquillos en que se sentaron Nambí y los suyos, porque en los bailes de aquel día sólo debía  tomar parte la gente plebeya. Dividiéndose los hombres en dos filas y colocándose la una rente a la otra, sonaron los atabales y rompieron a bailar y cantar.

Al poco rato aparecieron muchas mujeres trayendo vasijas llenas de chicha de maíz muy fuerte. Otro grupo más pequeño, compuesto de las más hermosas doncellas de Nicoya, se dirigió hacia donde estaban el cacique y los nobles que le acompañaban. Al rente de las demás venía una preciosa muchacha cuyo nombre era Miri.

Todos quedaron embelezados al verla adelantarse al tiempo que Nambí no separaba sus ojos de ella.

Llegó la noche y la embriaguez era general, pronto ya solo quedaba en pie Nambí, que rea un gran bebedor, además de corrompido y de malas costumbres por lo que hacia honor a su nombre que en lengua chorotega significa “perro”. Miri se dirigió hacia él y le ofreció su cántaro, Nambí  a su vez trató de abrazarla, pero esta lo rechazo con ira, hasta que Nambí sucumbió vencido por la borrachera.


No bien cayó Nambí, Miri hecho de andar apresuradamente hacia la playa, donde se reuniría con Tapaligui hijo del cacique de Chira, guerrero cuya valentía y extraordinaria fuerza le habían conquistado gran fama entre los pueblos y su nombre era respetado y temido.

Tapaligui reafirmo su amor a Miri y le reveló la intención de atacar Nicoya  para raptarla el día de la gran fiesta del sol.

Llegado el gran día, la concurrencia esperaba impaciente la inmolación de la primera víctima. Un prolongado rumor anunció la llegada de Nambí y su corte. Durante la celebración, Nambí no se separaba de Miri que impacientemente esperaba la llegada de Tapaligui y sus guerreros. De pronto, Nambí se abalanzó sobre Miri quien lo rechazó y ridiculizó ante el pueblo. El cacique en un arranque de cólera la condenó a muerte; Miri
fué llevada a la piedra de sacrificio donde el sacerdote no tardo en sacrificarla, luego arrancó el corazón y elevándolo sobre su cabeza ofreció al sol. En este momento silvó  una flecha y el verdugo cayó al suelo; Tapaligui hizo su aparición y luego de mirar el cuerpo de su amada se abalanzó sobre Nambí, donde tras feroz lucha le dio muerte. Al propio tiempo los guerreros empezaban  a combatir, cuando de súbito un trueno rasgó la atmósfera. Allá en el mar, balanceándose suavemente sobre las aguas, estaba un barco; en su popa flameaba el pendón de Castilla y por una de sus bandas humeaba aún la boca de un cañón. Espesos nubarrones  cubrieron el cielo y apagaron su brillo.

El culto del sol había muerto. Comenzaba la historia de una nueva etapa.

La Yeguita


La tradición de la yegüita o caballito, forma parte de nuestra fiesta y es representada por un hombre vestido con una especie de enagua, hecha con un aro de bejuco y tapado con una manta o con una frazada; adelante se le coloca una cabeza de caballo hecha de madera y atrás, una cola (representando al caballo). Ya en procesión de la pasada que se realiza el 11 y 12 de diciembre, a las siete horas, participa el caballito con sus bailes, reverencias y genuflexiones, delante de la virgen, al compás de un son que se ejecuta con tambores, pitos (que antiguamente eran ocarinas de barro). También, así mismo usaron carrizos de bambú o de caña delgada.



Origen de la leyenda: En Nicoya se cuenta la leyenda que en el tiempo de la conquista, un indio encontró una veta de oro en el camino hacia Curime, fue descubierto por uno de los vecinos, el cual secretamente, empezó a coger pepitas de oro, también, un día, el primero de los indios y su mujer, encontraron al segundo en veta de oro y ambos empezaron a pelearse a muerte. La pobre mujer temblaba de miedo, se arrodilló, entonces, y suplicó ayuda a la virgen de Guadalupe. Al instante apareció un caballito y se interpuso entre los combatientes; frente al milagro, se detuvo la lucha y se salvaron ambos. De ahí en adelante se comenzó la participación de la yegüita en las celebraciones de la virgen de Guadalupe.

Los Indios Borucas


Los “Indios Borucas” es una de las reservas INDIGENAS CON QUE CUENTA COSTA RICA. Están ubicados en la cuenca del río Grande de Térraba, en el cantón de Buenos Aires provincia de Puntarenas a 28 kilómetros al sureste de la cabecera del cantón por la carretera Interamericana, esta reserva se encuentra situada en una selva lluviosa tropical del Pacífico, las costumbres agrícolas dependen de granos básicos (maíz, frijoles, arroz, etc.), así como de árboles frutales y de la caza y la pesca, el dialecto es el “brunca” o “brunkajk”, el cual actualmente, es usado por muy pocos habitantes de la región; se han perdido muchos de los rasgos indígenas de antaño, sin embargo aún se practican algunos; por ejemplo: construcción de terrazas de piedra, filas de piedra para caminar,  trillos entre viviendas, cercas de palos unidos con bejuco, las mujeres abren hoyos para la semilla, y acarrean las cosechas de jabas, no se caza por la noche, tortillas son frecuentes, chicha de plátano, yuca y pejibaye, marcar horas tempranas por canto de aves, disminuir participación social de la mujer en período menstrual, bailar y disfrazarce en las fiestas de fin de año Boruca
Dentro de las danzas y tradiciones que aún se conserva en la reserva indígena de Boruca se encuentra la festividad llamada “La Danza de los Diablos de Boruca”. Se celebra desde el 30 de diciembre hasta el 2 de enero, consiste en que algunos indígenas se visten de diablos menores y se reúnen a las 10 de la noche en casa de Diablo Mayor. Unos veinte indios borucas previamente nombrados por el mayor llegan dispuestos a participar de la celebración anual. Además el otro se viste de toro.




El toro representa a los españoles y los diablos, por una extraña asociación, a los  Borucas o Bruncas. De ahí que el toro jamás vence y al finalizar la fiesta muere inexorablemente. Una vez reunidos en casa del diablo Mayor los diablos saldrán con un toro que los persigue fieramente, pero que no logra vencerlos; por el contrario, al final los diablos matan al animal. Los diablitos van de rancho en rancho y no se queda ninguna vivienda sin varias visitas. En cada una baila una pieza, en donde el toro ataca a los diablos, y se bebe mucha chicha. En el segundo día el jefe autoriza los robos que estarán centrados en tamales y objetos menores, cuyo rescate sirva para pagar la música, el pito y el alquiler del tambor, que una india anciana lo presta con la condición de que le paguen en “especies”. El último día se realiza la matanza del toro. Debajo de un árbol de mango los diablos terminan con el porfiado bicho que aún lucha desesperadamente para terminar con sus adversarios, vencido; la carne se pone a la venta, previa lista levantada por el Mayor. Cada vecino da su nombre y señala las toneladas de carne que desea. Al empezar la venta u n saco repleto de paja simboliza el lomo del toro es despedazado y sus partes entregados a cada comprador, la paga se realiza con hojas de árboles que crecen en las cercanías. Una vez terminada esta ceremonia todos pueden tomar chicha y guarapo libre.

El Cristo de Esquipulas
(Los Indios Promesanos)


*Quien en Costa Rica ignora la existencia de la imagen del Santo Cristo de Esquipúlas de Alajuelita, o no sabe que son muchos los favores que nuestro divino redentor se complace en conceder a cuantos le prometen visitarlo en su santuario en Alajuelita e invocar su égida omnipotente. *



 

La peregrinación que cada año de todos los puntos de la república, hasta de pueblos de otras naciones centroamericanas, en su día 15 de enero, en que se festeja el Santo Cristo, cuentan por millares las gentes que en todas formas, individual o colectivamente en toda clase de vehículo y a pie, se dirigen a participar de los solemnes cultos, de la hermosa procesión, a conseguir medidas, a besar la santa imagen y a rezar un credo por remedio de sus necesidades. Históricamente se dice que a mediados del siglo XVII cuando comenzó a formarse a orillas del río Diría, en la península de Nicoya, Guanacaste, una población que en 1821 se erigió en parroquia; se puso en veneración de una imagen del Santo Cristo de Esquipúlas. Esta imagen y su devoción fue traída de Guatemala por los padres Franciscanos, porque en esta república ya desde 1595 era muy popular la devoción al Señor de Esquipúlas
En Santa Cruz Guanacaste al igual que en Alajuelita, también hoy día se celebra esta actividad religiosa y se le denomina "Patron” a la imagen considerada como la verdadera. En un principio bastaba con esa imagen para recorrer durante todo el año el cantón; pero el crecimiento de la población y las nuevas conglomeraciones urbanas, hicieron necesario adquirir cuatro imágenes más, semejantes al patrón para ayudar a este a recorrer toda Santa Cruz. A estas imágenes se les llaman “Peones del Santo Cristo de Esquipúlas”. En esta región existen los indios promesanos que son campesinos que se organizan espontáneamente y por diferentes motivos, para cantar y bailar delante del Santo Cristo, en las siguientes ocasiones:

  1. Al llegar la imagen el 14 de enero, cantan e interpretan cantos de bienvenida frente al patrón y en la iglesia.
  2. El 15 de enero, durante la celebración de la misa solemne a las 9:00 a.m., al terminar la misa vuelven a bailar y cantar el “Alabado”, una vez trasladado en procesión, a la imagen del Santo Patrón al atrio de la iglesia.

Los indios promesanos representan una tribu con su respectiva distribución jerárquica. Están primero los “viejos”, los dos personajes son hombres, pero uno de ellos se disfraza de mujer. Su papel dentro de la tribu es de carácter cómico con movimientos exóticos exagerados, un tanto vulgares; ellos no cantan como el resto de la tribu, únicamente bailan al compás de una danza con línea melódica, diferente al resto del baile.
“ Los Capitanes ” son los jefes de la tribu, encabezan el grupo al bailar y cantar e inclusive algunas veces hacen de solistas. “ Los Cumiches ”, representan los niños de la tribu.


 
 
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